Leo Masliah - Piano + Arboles
Triste es en ocasiones el destino del humorista. Y por paradójica que pueda parecer esta sentencia, no deja de tener su verdad. Porque del humorista siempre se espera el chiste, incluso cuando éste pretenda hablar en serio. La gente no espera del humorista que sea serio; lo que espera es la broma. Entonces, cuando esto no se da así, pueden pasar dos cosas: o que la gente se frustre, esperando el chiste que no llegará, o que aparezca aquel que creyéndose más sagaz que el resto elogie la fina ironía, adivinando un supuesto chiste que se cuela casi imperceptible por la aparente seriedad del humorista, a quien cree en el papel de quien habla en serio pero no, cuando la verdad es que sí. Como se ve, los tres personajes que aparecen aquí, vale decir el humorista-que-habla-en-serio (a quien en adelante llamaremos HQHES , para abreviar), el que se frustra por no tener su chiste (y por ende no escuchó lo que el HQHES tiene para decir), y el supuesto sagaz que encuentra el chiste allí donde