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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Gandini, Alberdi y otras rarezas

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Incluso cuando muchos no se hayan siquiera enterado, en el año 2005 la Biblioteca Nacional abrió a la consulta del público su archivo de partituras, integrado por un estimado de más de 300.000 piezas, que fueron afectadas a un necesario y tantas veces demorado trabajo de inventario. Se habilitó una sala de lectura y consulta especial en el tercer piso del edificio, ubicado en Aguero 2502, y otra reservada a los trabajos de curaduría. Con bastante buen criterio, estas salas fueron bautizadas con los nombres de Juan Carlos Paz y Gustavo Cuchi Leguizamón. La mayor parte de las partituras que conservaba la Biblioteca corresponden a trabajos de compositores argentinos y/o rioplatenses, y sencillamente nadie sabía que se encontraban allí, como agujas perdidas en un inmenso pajar. Un pajar repleto de agujas, si se quiere. Pero entre tantas que había, resultaba imposible llegar a encontrar una en particular. El trabajo de inventariado desembocó en un segundo proyecto: se convocó a músi